Música en el valle
Texto: Vanesa Sánchez/ Fotos: Luis Chacón y Vanesa Sánchez
Música bajo las estrellas.
Texto: Vanesa Sánchez/ Fotos: Luis Chacón y Vanesa Sánchez
Música bajo las estrellas.
Concierto de reapertura de La Osa Mayor en 2011 |
Para que se produzca un desarrollo económico debe haber un desarrollo cultural. El declive económico comentado anteriormente también provocó el cierre de algunos locales como El Barranco de los Lobos y La Rosa Canina que ofrecían música en vivo todos los fines de semana. Desde hace un año la apuesta empresarial en este sentido resurge. Ejemplo de esto son Atalayi y La Osa Mayor, ambos en Nigüelas comparten el mismo recinto. El primero es regentado por Fernando, y en él hay cabida para exposiciones, restaurante slowfood y pub con conciertos en directo durante el otoño y el invierno. Guillermo y María son los responsables de La Osa Mayor, que es un pub y terraza de verano que ofrece actuaciones muy variadas y de calidad al aire libre.
Fiesta de inicio de temporada de La Osa Mayor 2011 |
Aunque en un principio acudía poca gente, ambos negocios han experimentado una evolución en su corto año de vida. La ausencia de espacios abiertos donde disfrutar de un concierto es una de las claves, la otra es que la oferta sea variada. Según Guillermo “el público que acudía al principio era sólo el del Valle de Lecrín, pero a finales de verano venía bastante gente de la capital”. La normativa municipal de Granada hace que cada vez sea más caro ofrecer música en directo y esto normalmente revierte en que el cliente debe pagar una entrada. Fernando y Guillermo consideran que la música es esencial para la gente y por tanto para sendos negocios. “Nuestros locales son un punto de encuentro, la música une a la gente, depende de tu estado de ánimo, una canción te puede hacer bailar o llorar, y esos momentos lo compartes con tus amigos, por eso la música es un nexo de unión en un bar”, dice Guillermo.
Fernando y Guillermo, de Atalayi y La Osa Mayor, respectivamente |
Ambos negocios invitan a sus clientes a una oferta diferente: Atalayi organiza eventos gastronómicos o noches temáticas, como La Cena de Los Sentidos y las Noches de Luna Llena; La Osa Mayor es una terraza abierta en un paraje como el de Nigüelas. A pesar del riesgo económico que supone en algunas ocasiones “hemos traído a músicos de calidad y muy variados: flamenco, reggae, rock, tango…” comenta Fernando. Según los gerentes de estos dos negocios, los vecinos de la comarca “están encantados ya que se ha cubierto un hueco que había”. Señalan también que el público que asiste valora la calidad del concierto, y aunque en invierno la afluencia es un poco irregular, sí que muchos de los clientes son conscientes del esfuerzo que se hace por parte de estos jóvenes empresarios. Además cuentan con una ventaja, como dice Guillermo “en la ciudad no hay un espacio así, abierto, con un paisaje como éste en el que nos rodea la naturaleza”.
La plaza como foro cultural.
Plaza de Saleres un domingo de mercado con Los Impresenteibols |
Lo cierto es que cada vez quedan menos locales y terrazas en las ciudades que ofrezcan conciertos al aire libre o en el interior. Por eso, disfrutar de las actuaciones que el Club Cultural La Salerosa ofrece cada Domingo a mediodía en la plaza de Saleres, es un una cita que despierta gran interés en todos los residentes del Valle de Lecrín y de Granada. Alessandra abrió las puertas de este local hace un año y medio y durante todos los fines de semana, siempre que el tiempo lo permite ha ofrecido conciertos de grupos de Granada, también de muy diversos estilos, para amenizar el Mercado Abierto de Agricultores y Artesanos de Saleres (primer Domingo de cada mes). Según la responsable de este Club Cultural “ambas iniciativas se complementan muy bien: el mercado no sería lo mismo sin la música y el concierto no sería lo mismo sin este mercado” en el que echa en falta algo más de participación por parte de los residentes en el pueblo. Asimismo, defiende esta actividad porque “por un lado ofrecemos cultura, pero también se comparte con una labor económica como es el mercado, que facilita canales más cortos de distribución para los agricultores y que éstos obtengan un precio justo por los productos del campo, y esto motiva a los jóvenes a dedicarse a las labores agrarias, favoreciendo el relevo generacional y que las tierras no se abandonen”.
Concierto tributo a Triana |
Alessandra defiende el valor cultural de la música y colabora con numerosos artistas de la ciudad a través de la plataforma La Música en Vivo es Cultura. Se lamenta de algunas normativas de Granada capital, ya que “si en estos eventos culturales existe una armonía no hace falta regularlos”. En cuanto vio la plaza de Saleres, imaginó un espacio en el que la gente pudiera disfrutar con actuaciones, ya no sólo de música sino también teatro, poesía y jornadas gastronómicas. Gracias a esta dinámica acude gente de toda la provincia, “en los conciertos la gente viene a pasarlo bien, y todos tienen caras sonrientes, personas que hablan en todos los idiomas del mundo, y ese ambiente lo aporta la música, la cultura”, dice Alessandra. Además, es un espacio donde se dan a conocer otras músicas y donde actúan bandas que no tienen posibilidades de tanta promoción, “no sólo existe David Bisbal, hay muchos y muy buenos músicos en Granada que son desconocidos”. La gerente de La Salerosa piensa que la música “llena cualquier momento, ya estés en la más absoluta soledad o con tus amigos, estés triste o feliz, la música nos acompaña siempre y nos puede consolar o alegrar”. Antes de llegar a Saleres, Alessandra regentaba un bar-restaurante en Italia en el que había un piano que invitaba a prestigiosos músicos a ofrecer conciertos espontáneos. Para ella la música “es un lenguaje universal con el que podemos comunicarnos con todo el mundo”.
Sintonizando con la música.
Voces Propias
En los estudios Kbyo |
El pasado mes de abril, el programa de Radio Padul ‘Voces Propias’ cumplía un año en las ondas. Este espacio se emite todos los viernes a las 19:00 h y en él se dan a conocer muchos proyectos culturales y sociales de la comarca, pero sobre todo musicales. Los encargados de esta iniciativa son Juan Eloy y Juan Antonio, ambos vinculados con el movimiento musical del Valle de Lecrín por partida doble, ya que también son miembros de la formación Flamenco Obrero. Juan Eloy comenta que “la idea surgió a partir del declive que experimentó el concurso de las bandas en carnavales”. Hasta hace pocos años participaban 6 o 7 agrupaciones en Padul y recuerda que “esto le daba mucha vida al pueblo, la gente se reunía para preparar los disfraces, ensayaban durante meses, y creaba lazos entre los diferentes grupos”. Sin embargo, el año pasado sólo se presentaron dos bandas y por eso estos dos jóvenes junto a José Manuel, que dejó el programa posteriormente, pensaron que si había una difusión mediática de esta tradición popular, podrían reavivarla. Comenzaron con entrevistas a los miembros de estos grupos y posteriormente a músicos de todos los estilos, hasta convertirse en una cita ineludible semanal en la que además se hace un repaso por la agenda cultural de El Padul, entrevistan a artistas y dan a conocer una ruta por los senderos de la comarca. Una programación que aporta información diferente de forma entretenida. “Como está la televisión hoy día, la radio es una alternativa muy buena”, dice J. Eloy. Y el mejor medio para dar a conocer a los músicos del Valle de Lecrín. Según Juan Antonio, “ahora hay más calidad que antes, también debido a que hay más formación y mejores instrumentos”, aunque echa en falta algunos festivales que ya no se hacen. La música “tiene una larga tradición en la comarca y en ella nacen y evolucionan muchos estilos” asegura Juan Eloy. Algunos más populares como rock, flamenco, hip hop, reggae y jazz. Otros menos: “en uno de los programas trajimos a un vecino de Nigüelas que hace música sefardí”, añade Eloy.
Ambos locutores se sienten muy agradecidos por la oportunidad de hacer un programa así, dar voz propia a sus vecinos y esperan poder seguir haciéndolo durante mucho tiempo, aunque también les gustaría algún día entrevistar a alguno de los profesionales que más admiran, como Joaquín Sabina.
Del arte al mercado.
Sala de los Estudios Kbyo |
La industria de la música ha sufrido importantes cambios en los últimos años gracias a las nuevas tecnologías. Estrellas y multinacionales se quejan de que las ventas se han visto reducidas debido a las descargas, sin embargo también ha posibilitado que grupos que pertenecían a la escena independiente, figuren en las listas de los discos más vendidos. Para hacerse hueco en un mercado así el producto tiene que ser de calidad y debe aportar algo diferente. Ernesto Cabello lo tenía muy claro cuando comenzó a montar su estudio: “desde hacía 11 años tenía la idea de llevarlo a cabo y ya que por fin lo conseguía quise hacerlo lo mejor posible”. Cantantes como Hermy Luzón aseguran que “antes para grabar en unas instalaciones como las de Kbyo tenías que pensar en irte a Madrid o a Barcelona, y ahora puedes hacerlo aquí, en Padul”. Unas gruesas puertas de madera con lana de roca en su interior dan paso a la sala de producción mientras Ernesto nos señala los mil y un detalles en los que pensó a la hora de la construcción y la instalación. Uno de ellos es que la sala de grabación dispone de unas mamparas correderas que la dividen hasta en cuatro compartimentos.
Kbyo Producciones dispone de varios servicios que van desde la grabación de un disco, la promoción del mismo o los servicios para la mezcla y el doblaje cinematográfico. Grabar en este estudio cuesta 250 euros al día sin IVA, o 300 con alojamiento, y es que el estudio tiene en la planta superior una zona de descanso y habitaciones. Aunque lleva poco tiempo ya han grabado algunos trabajos con Antonio Arias de Lagartija Nick, Zahara, Hora Zulú, la Piccollisima Jug Band y acaban de terminar el disco la Potato Head Jazz Band, entre otros. Ernesto es el guitarrista desde hace 10 años de Hora Zulú y esto le ha servido para tener muchos y buenos contactos en este mundo. También le ha sido útil para ganar experiencia y tiene muy claro que en un momento de crisis como el que vivimos, los músicos que quieran atraer al público “deben tener una chispa especial, porque la gente está cansada de escuchar siempre lo mismo, aunque sean muy buenos músicos, muchos grupos fallan en la falta de originalidad, y esto pasa en todo el país, hay miles de grupos muy parecidos”. A nivel comarcal, Ernesto piensa que si ha habido un declive de la música “es porque falta frescura, cuando empezaron The Probes, grupo punk-rock, fueron los pioneros de la comarca, pero ahora incluso a nivel nacional es muy difícil componer algo nuevo porque está todo compuesto, a no ser que seas un genio”.
Estudios Kbyo |
Entiende que muchos locales hayan dejado de programar conciertos debido a la crisis económica: “No es que no haya sitios donde tocar, sino que los dueños se retraen por falta de público, por suerte o por desgracia esto no deja de ser un negocio; si el empresario se arriesga a montar tres conciertos y vienen diez personas y luego pones música electrónica y se llena, se da cuenta de que no merece la pena”. Pero achaca esa falta de público a que la gente va buscando cosas diferentes. Según Ernesto, lo mismo ha ocurrido con los festivales, “hace 10 años se hacía un festival pequeño y venían cerca de mil personas, y ahora la gente está muy cansada de escuchar siempre lo mismo, así que cómo vas a pagar la entrada a un festival cuando has escuchado a los grupos mil veces”. Sin embargo, está de acuerdo en que como músico sigue disfrutando de esos eventos “porque es un punto de encuentro, que une a mucha gente y entre ellos a los músicos de toda la comarca”. Además, a Ernesto le gustan varios grupos del Valle de Lecrín dependiendo del momento: “Sonido Vegetal tienen algo nuevo que ofrecer, también escucho a Supervivencia, y si quiero algo más ‘cañero’ In Your Face o A Tu Puta Cara”.
La agenda de Kbyo Estudios tiene pocas hojas en blanco; en estos momentos trabaja en la grabación de un disco que recopila los temas de varios grupos de Padul como Kubla Khan, Kashiva, Tolino y Flamenco Obrero, entre otros, que solían organizar el festival LagunaRock mediante una asociación musical. Además, Ernesto tiene sus “retos personales anuales” y va a producir como compañía discográfica a Forgotten. El tiempo de grabación de los grupos suele depender también de la calidad de los mismos músicos y echa en falta más formación y disciplina, por eso elogia la labor de las escuelas musicales.
Aunque Ernesto se ha subido a muchos escenarios con su grupo Hora Zulú y le encanta, confiesa que “lo que más me gusta en esta vida es irme a un cortijo y coger una guitarra, mi amigo un cajón y montar una fiesta, así es como vives la música en el valle, con la música que sale espontáneamente entre los amigos”.
3 comentarios:
Que de arte hay en el Valle, todo esto hace la vida rural mas enrriquecedora aún!!
Pues ya sabes, a escoger un evento de la agenda y asistir!! Todos los músicos a los que he visto tocar en el Valle son alucinantes!!
i am looking for some local venues for successful uk bands. soul/motown
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