Texto y fotos: Vanesa Sánchez
Los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) que genera cada persona están compuestos por todos los materiales orgánicos e inorgánicos que echamos al cubo de la basura cada día. Cartón, plásticos, restos de comida, cristal, aceite, son muchos los materiales reutilizables.
Los españoles generamos de media al año uno 575 kilos mientras que la media europea está en 524, según el último informe realizado por el Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino (MARM) en 2008. No obstante, en las zonas rurales como el Valle de Lecrín se suele “ensuciar” menos nuestro entorno. Y es que la cantidad de RSU depende y mucho del nivel de desarrollo y consumo de la población. Aunque la cifra en España es alta, ese año fue el primero en registrar un ligero descenso coincidiendo con el inicio de la crisis.
Europa está preocupada por la basura y desde hace unos años este tema ocupa un lugar importante en su agenda. Mediante una directiva de 2007 se puso en marcha un programa que cada estado miembro debe llevar a cabo en los próximos años. El cierre de los basureros, la gestión de los residuos y la reutilización de los mismos son algunas de las medidas que se enmarcan en el Plan Nacional Integrado de Residuos (PNIR).
Por otra parte, algunas empresas son conscientes de que estamos tirando dinero a la basura. Muchos de los materiales de los que nos deshacemos son reutilizables, y algunos están fabricados con materias finitas o no, pero muy apreciadas por determinadas industrias. De la materia orgánica se puede obtener abono para suelos, construir carreteras, combustible; del vidrio se consiguen nuevas botellas o recipientes, con el aceite usado se hace biodiésel, lo mismo ocurre con el cartón, papel y telas, consiguiendo además un enorme ahorro energético.
En el PNIR se contempla el desarrollo de diferentes iniciativas, entre ellas los llamados Puntos Limpios. En Padul se inauguró uno de estos centros de tratamiento de materiales el pasado mes de Febrero. Los habitantes de este municipio deben llevar a esta planta los enseres y elementos que no se deben mezclar con los residuos orgánicos ya que en su mayoría son muy contaminantes. La infraestructura está equipada con contendores en los que se almacenarán los RSU, pero también otros elementos más contaminantes. Radiografías, pilas, fluorescentes, aceites usados o chatarras, y también aparatos electrónicos son algunos de estos deshechos, que serán recogidos por empresas especializadas para transformarlos o para preservarlos en espacios sellados donde la radiación no perjudique al entorno. Algunas de estas compañías ya operan en la zona desde hace unos años, ya que son las encargadas de la recogida de los materiales que los vecinos del Valle de Lecrín depositan en los contenedores para el aceite usado, plásticos, cartón o vidrio y que están situados en distintos municipios de la comarca.
Para que el PNIR consiga el objetivo de que no se contaminen los suelos, agua e incluso aire con los residuos generados por la población, esta debe ser consciente de la importancia de la clasificación de los mismos. La Patrulla Recicla, una iniciativa puesta en marcha por la Diputación en varios colegios de la provincia, incentiva a los más pequeños a ser los encargados de enseñar a separar los distintos materiales. Es una de las estrategias de comunicación que la institución realiza en los últimos años para sensibilizar a los ciudadanos de la importancia del reciclaje.
El Punto Limpio de Padul se encuentra a unos 600 metros del ayuntamiento a la salida del municipio. Como afirma el técnico medioambiental del ayuntamiento, José Muñoz, es de mayor importancia “especialmente en un sitio como Padul en el que hay tanta agua, ya que con muy poca cantidad de residuos, como una pila o una radiografía, se podría causar un daño grandísimo”. También tirar el aceite por el desagüe tiene unas consecuencias que resultan muy costosas desde el punto de vista energético y por tanto medioambiental. En la depuradora se debe hacer un proceso de separación de grasas “y para el ciudadano no es difícil porque es echar el aceite en una botella y al contenedor, con este aceite además se hace biodiésel” asegura Muñoz.
Los residuos que provienen de los aparatos eléctricos y electrónicos son de los más interesantes de tratar porque por un lado son de los que más contaminan, por otro las materias que se recuperan a través de ellos son escasas en el planeta y por tanto extraerlas es cada vez más costoso y difícil. También en Padul la empresa Residuos Eléctricos y Electrónicos El Sol acaba de instalar un almacén para este tipo de elementos. Frigoríficos, aparatos electrónicos, teléfonos móviles, ordenadores... sería la materia prima de esta empresa que se encargaría de derivarla a Sevilla, donde se encuentra la única planta en toda Andalucía en la que se recuperan este tipo de materiales. Desde El Sol, su administrador Miguel Ángel opina que debería haber un cambio en la mentalidad de los ciudadanos y de la propia administración. Muchos de estos residuos suelen acabar en terceros países, que los acumulan causando un gran daño ecológico y social.
Pero hay otras formas de reciclaje. Desde Octubre hasta Mayo se ha desarrollado en Nigüelas el taller “Renovar nuestro armario sin salir de casa”, en el que se enseñaba a reciclar ropa. En él unas 17 vecinas, con edades comprendidas entre los 13 y 50 años, han aprendido sobre los distintos tejidos, a patronar, cortar y coser. En el último festival de Polifonía de Nigüelas participaron clausurando el taller con un pase de los modelos que habían creado, también serigrafiaron las camisetas de los voluntarios que ayudaron a los asistentes del evento. La responsable de esta iniciativa, Mª Asunción Berrio, nos comenta que ella siempre apuesta por las 3 “R” de “recicla, reutiliza y renueva, tenemos muchas prendas en el armario que no nos ponemos porque están pasadas de moda y éste taller aporta una alternativa al consumismo”.
Los días que se recogen los enseres de los pueblos es habitual ver amontonados muchos muebles y utensilios que con el paso del tiempo los propietarios consideran que han dejado de ser útiles y parecen ser un estorbo en los hogares. Sin embargo, existe una tendencia que se contrapone a la moda de los muebles y objetos decorativos “Made in China” que comercializan las grandes cadenas de decoración. Esta tendencia es la de reutilizar esos “trastos” cuyo valor añadido es precisamente su antigüedad.
En el Valle de Lecrín, Gym Halama en su tienda Camel Stop ofrece un aliciente más. Esta pintora reinventa utensilios y muebles utilizando diferentes partes de los mismos. Cafeteras que transforma en lámparas, trozos de una ventana y un armario convertidos en un mueble para una esquina, son algunos de los ejemplos del particular reciclaje que ofrece a sus clientes. Para Halama, “reciclar es como un arte, como cambiar las cosas, renovarlas" y darle una vida nueva. Por ello, guarda partes de algunos muebles y las utiliza para combinarlas con otras, “cuando veo que una forma le puede ir bien a algún mueble, la utilizo, tengo una caja llena de molduras, de trozos de camas, de sillas, de todo, que aún no he visto cómo utilizarlo pero las guardo para el futuro”.
En España este tipo de reciclaje no es muy comprendido. Ella aprecia más el valor decorativo y artístico de los objetos que su valor por lo exclusiva que pueda ser determinada pieza. En su tienda, no obstante, tiene muebles que compra aquí o que trae desde lejos, como una antigua cama o un balancín para bebés que proceden de India. Sin embargo, ella no se considera una anticuaria porque opina que la diferencia es que éstos “ofrecen a sus clientes, los objetos limpios y muy bien cuidados, si está un poco oxidado el comprador no lo quiere, sin embargo a mí eso me gusta y a mis clientes también”. Asimismo, aprecia que hayan sido elaborados artesanalmente. La artista recorre rastros para dar con la pieza idónea y aprecia la originalidad de los productos que venderá después en su tienda: “los objetos tienen vida, una historia, han pasado de una familia a otra, esos objetos viejos tienen carácter y alma”, dice esta vecina de Chite. Por otra parte, también redecora los muebles con sus pinturas dándoles un toque personal y artístico que es lo que busca su clientela.
Europa está preocupada por la basura y desde hace unos años este tema ocupa un lugar importante en su agenda. Mediante una directiva de 2007 se puso en marcha un programa que cada estado miembro debe llevar a cabo en los próximos años. El cierre de los basureros, la gestión de los residuos y la reutilización de los mismos son algunas de las medidas que se enmarcan en el Plan Nacional Integrado de Residuos (PNIR).
Por otra parte, algunas empresas son conscientes de que estamos tirando dinero a la basura. Muchos de los materiales de los que nos deshacemos son reutilizables, y algunos están fabricados con materias finitas o no, pero muy apreciadas por determinadas industrias. De la materia orgánica se puede obtener abono para suelos, construir carreteras, combustible; del vidrio se consiguen nuevas botellas o recipientes, con el aceite usado se hace biodiésel, lo mismo ocurre con el cartón, papel y telas, consiguiendo además un enorme ahorro energético.
En el PNIR se contempla el desarrollo de diferentes iniciativas, entre ellas los llamados Puntos Limpios. En Padul se inauguró uno de estos centros de tratamiento de materiales el pasado mes de Febrero. Los habitantes de este municipio deben llevar a esta planta los enseres y elementos que no se deben mezclar con los residuos orgánicos ya que en su mayoría son muy contaminantes. La infraestructura está equipada con contendores en los que se almacenarán los RSU, pero también otros elementos más contaminantes. Radiografías, pilas, fluorescentes, aceites usados o chatarras, y también aparatos electrónicos son algunos de estos deshechos, que serán recogidos por empresas especializadas para transformarlos o para preservarlos en espacios sellados donde la radiación no perjudique al entorno. Algunas de estas compañías ya operan en la zona desde hace unos años, ya que son las encargadas de la recogida de los materiales que los vecinos del Valle de Lecrín depositan en los contenedores para el aceite usado, plásticos, cartón o vidrio y que están situados en distintos municipios de la comarca.
Para que el PNIR consiga el objetivo de que no se contaminen los suelos, agua e incluso aire con los residuos generados por la población, esta debe ser consciente de la importancia de la clasificación de los mismos. La Patrulla Recicla, una iniciativa puesta en marcha por la Diputación en varios colegios de la provincia, incentiva a los más pequeños a ser los encargados de enseñar a separar los distintos materiales. Es una de las estrategias de comunicación que la institución realiza en los últimos años para sensibilizar a los ciudadanos de la importancia del reciclaje.
El Punto Limpio de Padul se encuentra a unos 600 metros del ayuntamiento a la salida del municipio. Como afirma el técnico medioambiental del ayuntamiento, José Muñoz, es de mayor importancia “especialmente en un sitio como Padul en el que hay tanta agua, ya que con muy poca cantidad de residuos, como una pila o una radiografía, se podría causar un daño grandísimo”. También tirar el aceite por el desagüe tiene unas consecuencias que resultan muy costosas desde el punto de vista energético y por tanto medioambiental. En la depuradora se debe hacer un proceso de separación de grasas “y para el ciudadano no es difícil porque es echar el aceite en una botella y al contenedor, con este aceite además se hace biodiésel” asegura Muñoz.
Los residuos que provienen de los aparatos eléctricos y electrónicos son de los más interesantes de tratar porque por un lado son de los que más contaminan, por otro las materias que se recuperan a través de ellos son escasas en el planeta y por tanto extraerlas es cada vez más costoso y difícil. También en Padul la empresa Residuos Eléctricos y Electrónicos El Sol acaba de instalar un almacén para este tipo de elementos. Frigoríficos, aparatos electrónicos, teléfonos móviles, ordenadores... sería la materia prima de esta empresa que se encargaría de derivarla a Sevilla, donde se encuentra la única planta en toda Andalucía en la que se recuperan este tipo de materiales. Desde El Sol, su administrador Miguel Ángel opina que debería haber un cambio en la mentalidad de los ciudadanos y de la propia administración. Muchos de estos residuos suelen acabar en terceros países, que los acumulan causando un gran daño ecológico y social.
Pero hay otras formas de reciclaje. Desde Octubre hasta Mayo se ha desarrollado en Nigüelas el taller “Renovar nuestro armario sin salir de casa”, en el que se enseñaba a reciclar ropa. En él unas 17 vecinas, con edades comprendidas entre los 13 y 50 años, han aprendido sobre los distintos tejidos, a patronar, cortar y coser. En el último festival de Polifonía de Nigüelas participaron clausurando el taller con un pase de los modelos que habían creado, también serigrafiaron las camisetas de los voluntarios que ayudaron a los asistentes del evento. La responsable de esta iniciativa, Mª Asunción Berrio, nos comenta que ella siempre apuesta por las 3 “R” de “recicla, reutiliza y renueva, tenemos muchas prendas en el armario que no nos ponemos porque están pasadas de moda y éste taller aporta una alternativa al consumismo”.
Por su parte, las alumnas señalan las ventajas de realizar sus propias creaciones, “te las puedes hacer a tu medida, a tu gusto y además no va a haber ninguna igual”. Entre otras prendas, en este taller de Nigüelas han cosido sus propios trajes de flamenco a partir de su fondo de armario, han fabricado pendientes con las cápsulas de café para máquinas, han hecho colchas y cojines con los retales sobrantes, pero sobre todo se han concienciado del esfuerzo y tiempo que se dedica a fabricar cualquier pieza. “No comprendemos cómo se puede pagar tan poco a veces por una camiseta o un vestido ahora que sabemos lo que supone hacerlo”, comentan las alumnas. Estas chicas aseguran que también reciclan otro tipo de cosas. Mª Asunción destaca que en este municipio no se ha llevado a cabo el taller de jabones, elaborados a partir de aceite usado, porque prácticamente todos los vecinos saben hacerlo. Desde ahora, aseguran que seguirán reinventando algunas prendas que en principio pensaban que habían quedado obsoletas y que sin embargo, reconocen, se les puede seguir sacando mucho partido.
Los días que se recogen los enseres de los pueblos es habitual ver amontonados muchos muebles y utensilios que con el paso del tiempo los propietarios consideran que han dejado de ser útiles y parecen ser un estorbo en los hogares. Sin embargo, existe una tendencia que se contrapone a la moda de los muebles y objetos decorativos “Made in China” que comercializan las grandes cadenas de decoración. Esta tendencia es la de reutilizar esos “trastos” cuyo valor añadido es precisamente su antigüedad.
En el Valle de Lecrín, Gym Halama en su tienda Camel Stop ofrece un aliciente más. Esta pintora reinventa utensilios y muebles utilizando diferentes partes de los mismos. Cafeteras que transforma en lámparas, trozos de una ventana y un armario convertidos en un mueble para una esquina, son algunos de los ejemplos del particular reciclaje que ofrece a sus clientes. Para Halama, “reciclar es como un arte, como cambiar las cosas, renovarlas" y darle una vida nueva. Por ello, guarda partes de algunos muebles y las utiliza para combinarlas con otras, “cuando veo que una forma le puede ir bien a algún mueble, la utilizo, tengo una caja llena de molduras, de trozos de camas, de sillas, de todo, que aún no he visto cómo utilizarlo pero las guardo para el futuro”.
En España este tipo de reciclaje no es muy comprendido. Ella aprecia más el valor decorativo y artístico de los objetos que su valor por lo exclusiva que pueda ser determinada pieza. En su tienda, no obstante, tiene muebles que compra aquí o que trae desde lejos, como una antigua cama o un balancín para bebés que proceden de India. Sin embargo, ella no se considera una anticuaria porque opina que la diferencia es que éstos “ofrecen a sus clientes, los objetos limpios y muy bien cuidados, si está un poco oxidado el comprador no lo quiere, sin embargo a mí eso me gusta y a mis clientes también”. Asimismo, aprecia que hayan sido elaborados artesanalmente. La artista recorre rastros para dar con la pieza idónea y aprecia la originalidad de los productos que venderá después en su tienda: “los objetos tienen vida, una historia, han pasado de una familia a otra, esos objetos viejos tienen carácter y alma”, dice esta vecina de Chite. Por otra parte, también redecora los muebles con sus pinturas dándoles un toque personal y artístico que es lo que busca su clientela.
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